La alcaldesa Claudia Rivera fue electa el pasado 1 de julio, se disputaban el cargo por una ligera diferencia de puntos de preferencia el exedil Eduardo Rivera de “Por Puebla Al Frente”, y ella representando al Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Ahora que ya comenzó su gestión como presidenta municipal está siendo criticada por el Movimiento Antirreeleccionista Poblano porque defendió el nombramiento de María de Lourdes Rosales Martínez como titular de Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), y a ésta última la acusan de corrupta.
La presidenta municipal manifestó abiertamente:” La titular de la SSPTM, cuenta con los méritos, la capacidad y el talento para ocupar el cargo. Tiene mi confianza”
Los inconformes pidieron a Rivera remover del cargo a la secretaria, pues aseguran que no cuenta con las aptitudes necesarias para desempeñar el cargo, además de que su pasado no está limpio, ya que fracasó en la academia de Formación de Desarrollo Policial “General Ignacio Zaragoza”.
Manuel Carmona Sosa, vocero del Movimiento Antirreeleccionista Poblano declara que Rosales Martínez es cómplice del morenovallismo, y esa es una gran desventaja.
Se defiende la alcaldesa
Por otro lado, la alcaldesa defendió su decisión asegurando que María de Lourdes cuenta con grandes capacidades, y que lamentablemente su condición de mujer la vuelve más propensa a las críticas, asimismo pide oportunidad a los ciudadanos para que pueda desenvolver sus funciones correctamente.
De acuerdo a dicha información, las voces enemigas continuarán refutando su postura. Sin embargo, desde que consiguió el triunfo electoral le han llovido una serie de señalamientos, pues no apoyó como se debía al excandidato Miguel Barbosa, que busca la impugnación de las elecciones, pues él y su equipo aseguran que hubo “fraude electoral” por parte de Martha Érika Alonso, gobernadora ya declarada electa por parte de las autoridades.
También, Rivera Vivanco fue señalada porque se reunió con el entonces presidente municipal Luis Bank, después de que declararon su victoria. Sin embargo, para los morenistas no fue tan grata su procedencia pues los integrantes de Morena se debían rebelar ante la injusticia del “fraude electoral” y no encontrarse con el partido opositor, hasta que se resolviera el inconveniente del real ganador para la gubernatura.